Estoy sentado
en un banco cuya dureza me impide encontrar una posición que me permita dormir
un rato. Alguien se mueve allá dentro. Sé que es imposible porque el expendio
está contra un rincón en donde no hay puerta alguna. Sin embargo, a cada
momento es más evidente que hay alguien encerrado. Me hace señas y alcanzo a
distinguir una sonrisa en ese rostro impreciso, no sé si de mujer o de hombre.
Me dirijo hacia allí con las piernas entumecidas por el frío y por la incómoda
posición en que he estado durante tantas horas. Alguien susurra allá dentro
palabras ininteligibles. Acerco la cara a la reja protectora y escucho un
murmullo: “Más lejos, tal vez”.
Álvaro Mutis, Empresas y tribulaciones de
Maqroll el gaviero.
2. Sustituye los adverbios terminados en –mente
por locuciones adverbiales:
a)
Realmente, no sé a qué se dedica
b)
Me comentó secretamente sus planes para el domingo.
c)
Lo encontré casualmente comprando el periódico.
d)
Se sintió mal repentinamente.
e)
Nos pidieron que saliéramos inmediatamente de allí.
f)
Generalmente, voy los viernes al cine.
g)
Es una persona que elabora sus trabajos cuidadosamente.
h)
Su actividad es mirada recelosamente.
1.
En un banco: de lugar.
Un rato: de tiempo.
Dentro: de lugar.
Allá dentro: de lugar.
Imposible: de modo.
Alguna: de cantidad.
Sin embargo: Locución adverbial.
A cada momento: Locución adverbial.
Allí: de lugar.
Durante tantas horas: de tiempo.
No sé: de duda.
Más lejos: de lugar.
Tal, vez: de duda.
2.
a. En realidad, no sé a qué se dedica.
b. Me comentó en secreto sus planes para el domingo.
c. La encontré de casualidad comprando el periódico,
d. Se sintió mal con frecuencia.
e. Nos pidieron que saliéramos rápido de allí.
f. Casi siempre, voy los viernes al cine.
g. Es una persona que elabora sus trabajos con cuidado.
h. Su actividad es mirada con recelo.
mal
ResponderEliminar. Señala los adverbios y locuciones adverbiales del siguiente texto y clasifícalos según la circunstancia que expresan:
ResponderEliminarEstoy sentado en un banco cuya dureza me impide encontrar una posición que me permita dormir un rato. Alguien se mueve allá dentro. Sé que es imposible porque el expendio está contra un rincón en donde no hay puerta alguna. Sin embargo, a cada momento es más evidente que hay alguien encerrado. Me hace señas y alcanzo a distinguir una sonrisa en ese rostro impreciso, no sé si de mujer o de hombre. Me dirijo hacia allí con las piernas entumecidas por el frío y por la incómoda posición en que he estado durante tantas horas. Alguien susurra allá dentro palabras ininteligibles. Acerco la cara a la reja protectora y escucho un murmullo: “Más lejos, tal vez”.